violencia intrafamiliar

Diferentes formas de violencia intrafamiliar

Juana Carolina Londoño

Escrito por Juana Carolina

Llamada también violencia doméstica, es la ejercida entre los miembros de una misma familia, produciendo algún tipo de daño físico o psíquico en la víctima. Se refiere al ejercicio de la violencia en el seno de una familia. Generalmente por vergüenza o temor esta situación no es denunciada ante las autoridades competentes. 

Existen varias formas de violencia intrafamiliar, las cuales buscan minimizar, aislar, intimidar, acosar, amenazar o incluso, abusar física y emocionalmente de uno o de varios miembros de la familia. 

La forma de violencia ejercida suele desarrollarse dependiendo hacia quién está destinada y quién es la está empleando. Además, puede ampliarse de diferentes maneras, según el tipo de abuso que se ejerza.

Violencia física: Es cuando el agresor utiliza el miedo y la agresión, para así paralizar a su víctima, generando daño corporal con golpes u objetos, por ejemplo, con armas. Por lo general este tipo de violencia es infringida por los padres de familia, aunque también suceden casos donde las madres golpean a sus hijos y hasta a sus esposos. Es importante destacar que el maltrato físico está íntegramente ligado al maltrato emocional.

Violencia emocional: Es aquella cuyo objetivo principal es lastimar y herir las emociones de una persona, por medio de humillaciones, amenazas e insultos. Esta situación causa perturbación en el seno familiar, y deriva en un decaimiento de la autoestima tanto en la víctima de este tipo de maltrato como en quienes suelen presenciarla.

Violencia sexual: Se refiere al hecho de tener cualquier tipo de contacto sexual de manera obligada con otra persona. El agresor suele agraviar, ofender y dominar a la víctima, exhibiéndose ante ella con una violencia provocadora y a la vez ofensiva.

La violencia sexual puede clasificarse en 3 clases:

Incesto: Es cuando se conciben relaciones sexuales entre familiares o parientes, es decir, personas con lazos sanguíneos.

Abuso sexual: se considera así, cuando un sujeto le exige a otro que compense su necesidad sexual, ya sea con la exposición de sus genitales o tocando su cuerpo en contra de su voluntad. La violencia sexual puede ocurrir incluso en el ámbito laboral. Es común que este tipo de violencia sea provocado por un amigo, conocido o algún familiar.

Violación: se refiere al acto sexual obligado, es decir, cuando una persona se resiste a ser penetrada ya sea por un órgano sexual masculino, dedos o algún objeto dedos, ya sea por la vagina, el ano o la cavidad bucal. Es un hecho cargado de temor en el cual existe la posibilidad de que la víctima conozca a su atacante, esto ejerce presión en la víctima para que no realice la denuncia correspondiente.

Violencia económica: se refiere al exceso de dominio financiero en el seno familiar. En estos casos el sujeto que provoca este desequilibrio impone restricciones de tipo financiero, privando a hijos y/o pareja de gozar de bienes materiales por falta de dinero, incluso no permite que su pareja goce del beneficio del trabajo. Esta situación genera situaciones de violencia en público o privado, cargadas de ofensas, gritos, insultos y amenazas.

Cualquiera sea el tipo de violencia que ocurra en el seno familiar, someterá a cada uno de sus miembros a situaciones de estrés, temor y dudas que derivan en serios traumas que inciden en el desarrollo personal de cada individuo.

COMPARATIVO 2019-2020

PRIMER TRIMESTRE (ANTES DE LA MEDIDA DE CONFINAMIENTO)

En el primer trimestre de 2020 hubo más de 15.000 casos de violencia intrafamiliar en Colombia

A pesar de que los casos se redujeron en un 5,1 % respecto al 2019, más de 1.500 menores han sido violentados. Los departamentos con mayores índices de este flagelo son Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca.

 El más reciente informe de Medicina Legal sobre violencia intrafamiliar en el país indicó que en el primer trimestre de este año los casos denunciados (15.440) disminuyeron respecto a los reportados en el mismo periodo de 2019 (16.278).
 Pese a que el informe detalla que hubo una disminución general de 838 casos, la violencia entre parejas, que es la mayor fuente de agresiones en el país, aumentó en el trimestre un 0,4 % y fueron contabilizados 36 casos más, hasta alcanzar los 10.220. En cambio, las agresiones contra menores de edad y adultos mayores disminuyeron respecto al mismo periodo de 2019.
 En lo que va del año, 1.574 menores de edad han sido víctimas de violencia intrafamiliar, 635 casos menos que entre enero y marzo de 2019, cuando se reportaron 2.209. En cuanto a los adultos mayores, hubo en el trimestre 493 denuncias de violencia, 19 menos que los 512 registrados durante el periodo comparado.

Bogotá fue el lugar con más casos de violencia intrafamiliar reportados en este periodo (3.946), seguida de los departamentos de Antioquia (1.729), Cundinamarca (1.289) y Valle del Cauca (1.068).

Mujeres,

las más afectadas

 

El informe del instituto forense también muestra que las mujeres siguen siendo el grupo más afectado por la violencia doméstica en el país. De los 15.440 casos registrados, 11.840 (el 76,7 %) fueron en contra de mujeres, mientras que 3.600 casos (23,3 %) tuvieron como víctimas a hombres. El Gobierno colombiano teme que la violencia intrafamiliar aumente durante la cuarentena por el COVID-19 que comenzó el 25 de marzo. Por esa razón, instó a las mujeres a denunciar cualquier tipo de maltrato a través de la línea 155 que ofrece atención jurídica y sicológica durante el aislamiento obligatorio.

Si el flagelo de la violencia intrafamiliar se mira desde una perspectiva regional, cabe mencionar un informe que publicó la Oficina de la ONU Mujeres para las Américas y el Caribe en el que se muestra que el impacto económico de la pandemia se pueden generar barreras adicionales para la tranquilidad en los hogares, así como un aumento de riesgo de explotación sexual.

violencia intrafamiliar

Los pronósticos son negros, durante este año la tasa de suicidios aumentará el doble en la juventud, este escenario se teje entre la crisis desatada por el COVID – 19 y la avalancha de la crisis económica que se avecina.

Las epidemias en la historia siempre nos enseñan algo: las desigualdades de una sociedad son la principal pandemia. Experiencias como la vivida con el ébola, entre 2014 y 2016, o la del zika, entre 2015 y 2016, evidencian que las respuestas a una epidemia tienen que incluir el enfoque social, cultural, económico y de género desde su inicio.

Ahora bien, con el cierre de los colegios y el desarrollo del teletrabajo como alternativa laboral, las mujeres no solo deben ejercer sus obligaciones laborales, sino que están encargadas, casi tiempo completo, de sus deberes en casa. Este nuevo panorama hace que el riesgo de violencia intrafamiliar se incremente, ya que en muchos casos sus agresores son sus cónyuges y ahora conviviendo permanentemente están más expuestas.

En condiciones normales en Colombia, el 86% de las mujeres son víctimas de violencia de género y en un 73% de maltratos dentro del hogar. Según Medicina Legal, 14.145 colombianas están en riesgo de morir a manos de su pareja o ex pareja. De acuerdo con ONU Mujeres, en contextos de emergencia aumentan los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente violencia doméstica, debido al aumento de las tensiones en el hogar.

 

Prueba de ello es lo que se vivió entre la semana del 20 al 27 de marzo, cuando empezó el primer simulacro de confinamiento en Bogotá, que luego dio paso a la cuarentena nacional. Se recibieron en la Línea Púrpura cerca de 1.336 llamadas, de las cuales 214 fueron por violencia psicológica, física, económica, sexual, patrimonial y verbal contra de la mujer.

 

Lo preocupante es que la pandemia desvíe la atención de esta realidad, y los casos de violencia no se estén reportando, la realidad de esta problemática por lo general es desconocida por el temor a denunciar. En medio de la emergencia por el COVID-19 se necesitan protocolos que atiendan el incremento de los casos de violencia contra la mujer.

 

En la cuarentena se tienen que fortalecer las redes de respuesta de centros de refugio y casas temporales, adaptar hoteles como espacios temporales de refugio para mujeres víctimas de violencia, y finalmente, que las personas que atiendan las líneas de COVID-19 y de seguridad estén capacitadas para atender situaciones de violencia de género.

Mensajes a la víctima, pero al maltratador también​

¿Por qué en estos días no se plantean campañas mediáticas de concientización enfocadas al victimario? Sin duda, es un trabajo poco elaborado y que tampoco se hace a nivel de tratamiento penitenciario, ya que después de cumplir con sentencias el mismo maltratador queda libre, pero más violento.

 

Es necesario abordar estas importantes campañas desde los medios de comunicación (que en estos días repuntan debido a la pandemia de coronavirus), pero ¿cómo hacerlo?

¿Qué tipo de estrategias en medios propone dirigidas al victimario?

 

En esta coyuntura social que estamos viviendo es importante poner en marcha todos los recursos. No obstante, debemos ser conscientes de que este tipo de estrategias serán efectivas como acciones preventivas más que como medidas de intervención rehabilitadoras.

 

Las estrategias pueden ser realizar un plan de comunicación y sensibilización formado por un spot televisivo, cuñas radiofónicas, etc… deben tener como objetivo erradicar las creencias machistas y los estereotipos de género, que llevan asociada esa mentalidad autoritaria de control y poder del hombre sobre la mujer. Además, deben ser una opción para que el victimario pueda tomar conciencia de su rol de agresor, de las consecuencias generadas en la víctima y de las consecuencias legales de sus acciones. Estas acciones deben realizarse contando con profesionales especializados en violencia de género.

 

¿Es decir que un maltratador se puede rehabilitar?

Hay aspectos que todavía se tienen que mejorar en la sociedad y uno de ellos es la intervención con maltratadores. La pregunta es, ¿existen suficientes recursos humanos y materiales para abordar el tratamiento penitenciario y la rehabilitación? Sin duda, no. Necesitamos más profesionales especializados que trabajen en este campo de forma multidisciplinar y coordinada.

 

¿Qué tiene que pasar para que las mujeres salgan de esa situación?

La mujer tiene que conocer todas las medidas y pasos que tiene que seguir para poder interponer una denuncia y dar la voz de alarma si está sufriendo una situación de maltrato.

 

Se deberán crear recursos psicológicos, ayudas para vivienda, talleres de fomento de la empleabilidad, apoyo a la marentalidad… Además, se tienen que crear recursos para que los familiares de las víctimas de violencia de género también puedan recibir información sobre qué hacer y cómo abordar esta situación. De hecho, el apoyo familiar y social es un factor de protección y de recuperación clave en víctimas de violencia de género.

 

Por tanto, el Estado tiene que poner recursos a disposición de la víctima para que ella observe la denuncia como una salida real a su situación de malos tratos.

 

¿Entonces, se pueden prevenir los casos de maltrato?

La educación en igualdad y la concienciación es el primer paso para poder erradicar esta situación. Si los estados disponen recursos preventivos de este tipo, estaremos potenciando que las relaciones de pareja que comienzan con un maltrato sutil y relacionado con los mitos del amor romántico, no evolucionen hacia formas de maltrato más graves y hacia relaciones de convivencia marcadas por esta lacra social.

 

De este modo, la sociedad tiene que ser consciente que esas conductas sutiles son violencia de género y no se pueden tolerar y justificar a través de los mitos del amor romántico: “Si te quiere te hará llorar”, “los celos son una prueba de amor” o “el amor todo lo puede”. Estas creencias tienen que desaparecer de nuestro ideario social y son el primer paso para que la violencia de género se establezca en una relación. Por tanto, si tu pareja te controla el móvil, te pide la clave de acceso a tu cuenta de Facebook, quiere que le mandes la ubicación cuando estas con tus amigas… no lo toleres, nada justifica estas acciones.

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